2018

Le Dix

Colchagua, Chile

Vendimia

La temporada 2018 presento condiciones ideales. Comenzó con una cantidad normal de precipitaciones, lo que produjo condiciones adecuadas para la brotación y la cuaja. Las temperaturas mínimas no alcanzaron niveles extremos, por lo que no sufrimos heladas. La característica principal del verano fue que las temperaturas no fueron mayores a 35°C, esto permitió que la planta estuviese en condiciones ideal para fotosintetizar, lo que se tradujo en una maduración lenta y eficiente. Este factor, sumado a la ausencia de lluvias hacia el final de la temporada, fueron esenciales para poder cosechar en el momento óptimo, permitiéndonos tener mostos y vinos balanceados.

Ubicación

Ubicado entre la Cordillera de la Costa y la majestuosa Cordillera de Los Andes, de clima mediterráneo y terroirs privilegiados, el Valle de Colchagua es cuna de grandes vinos en Chile.
La propiedad de Los Vascos se ubica a los pies de la Cordillera de la Costa, a 200 km al suroeste de Santiago, en el área en que predominan las temperaturas menos elevadas de Colchagua y donde los viñedos se benefician de la influencia fría del Océano Pacífico.

Terruño

Ubicadas en el corazón del viñedo, las parras plantadas en alta densidad producen uvas de excelente calidad y sorprendente concentración. La mezcla de Le Dix contiene una selección de uvas Syrah y Carmenère que aportan complejidad al vino.

Elaboración del vino

Las uvas fueron cosechadas a mano, cuidadosamente escogidas en una mesa de selección. La fermentación alcohólica se llevó a cabo en cubas de acero inoxidable bajo condiciones de temperatura controlada (30ºC) y remontajes destinados a extraer el máximo potencial de la fruta. Posteriormente, se realizó una prolongada maceración que se extendió por 25 días.
Luego de una rigurosa selección, el vino permaneció durante 18 meses en barricas de roble francés de la tonelería de DBR Lafite.

Uvas

92 %

Cabernet sauvignon

8 %

Syrah

Degustación

De color profundo, este vino seduce con su color rojo intenso y brillante.
En nariz resalta la complejidad, donde podemos identificar aromas a cereza negras, frutillas maduras y ciruelas acompañadas de una madera neta, con finas notas a cedro, grafito y chocolate negro. En boca se manifiesta a todo esplendor esta gran añada, con unos pequeños y firmes taninos, una acidez que acompaña este equilibrio y hace recordar las frescas noches en Los Vascos. Sin duda una de las mejores añadas de la década.